Para los cristianos, el Domingo de Ramos marca el inicio de la Semana Santa, que son los días anteriores a la crucifixión y resurrección de Jesús. Esto celebra el día que Jesús entró a Jerusalén en un burro para que la gente lo alabara y adorara...
Es una oportunidad para proclamar a Jesús como el rey y centro de nuestras vidas. Debemos parecernos a esa gente de Jerusalén que se entusiasmó por seguir a Cristo. Decir “que viva mi Cristo, que viva mi rey...” Es un día en el que le podemos decir a Cristo que nosotros también queremos seguirlo, aunque tengamos que sufrir o morir por Él. Que queremos que sea el rey de nuestra vida, de nuestra familia, de nuestra patria y del mundo entero.
Queremos que sea nuestro amigo en todos los momentos de nuestra vida.
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